La bruja pocha de Jose Carlos Andrés es un homenaje a las madres que buscamos conciliar la vida profesional y familiar. Nos muestra de manera divertida, cantarina y un poco «bruja» cómo la colaboración de todos es fundamental para disfrutar en familia.
La bruja pocha era una bruja con estudios (con estudios de brujería, claro está). Estaba titulada por la universidad de susto y disgusto en brujería, pócimas y caldos de pescado. Era la mejor en crear pesadillas de ajo y pepino (de las que se repiten y repiten), apagones inoportunos (el terror de los lectores y escritores) y mocos veraniegos (de los que no te dejan ir a la piscina). Era una bruja tan preparada, que podía pronunciar tres conjuros a la vez mientras arrugaba una camisa, quemaba la comida, ensuciaba la ropa y regañaba a sus diecisiete ratones lectores por no estar correteando por la casa.