A Pinocho le gusta hacer travesuras, desobedecer y estudiar
lo menos posible. También, como a casi todos los niños, hacer
lo que le viene en gana y no preocuparse de las consecuencias.
Pero Pinocho no es un niño como los demás. Ni siquiera es un niño;
es una marioneta. Pero una marioneta hecha de una pieza
de madera encantada. ¡Una marioneta muy traviesa!
Pinocho es una de las figuras indispensables en la historia
de la literatura infantil. Escrito por Carlo Collodi e ilustrado
por Roberto Innocenti, este clásico universal relata las penas
y alegrías de un títere cuyo egoísmo y mal comportamiento le lleva
a padecer todo tipo de desgracias: se quema los pies, le ahorcan
en un árbol, le utilizan como guardián para cuidar gallinas…
Animado por la promesa de convertirse en un niño de verdad,
acabará cambiando su actitud. ¿No será demasiado tarde?
El exquisito detallismo de las imágenes sitúa a los lectores ante
la historia como testigos de excepción, haciéndoles partícipes
-con minuciosa precisión- de cada momento narrado. Innocenti
se recrea en reproducir, de forma extremadamente fiel al texto,
ambientes dispares: la algarabía de las calles, la serenidad
del paisaje natural, espacios reales e imaginarios… La fluidez
narrativa es una de las principales cualidades de la obra de Collodi,
que mezcla realidad y fábula, con suspense, magia y sensibilidad.